miércoles, 26 de octubre de 2016

Estética: Pensamiento del concepto de estética según Platón en la obra La República

En sus puntos esenciales Platón expone en los diálogos de su obra La República la mejor forma en que puede organizarse el Estado. Transita por temáticas con sus interlocutores sobre la justicia y la injusticia, la educación de los jóvenes y en ello la importancia de la gimnasia y las artes, sobre la mejor forma de adquisición del conocimiento verdadero  (en su teoría de las ideas), sobre la belleza y en esta expone argumentos sobre la valorización de los poetas por lo cual será la temática que se pretenderá abordar en estas líneas, con apoyo de los capítulos II, III, y X.
El libro II se basa en el tema de la justicia y la injusticia, sin embargo exponen a los poetas como los reveladores de tal carácter humano en sus obras, a los cuales describen como una plétora de imitadores, forjadores de falsas narraciones, respecto a la expresión en palabras de la falsa imagen de la naturaleza de dioses y héroes, asemejándolo al carácter del pintor el cual hace un intento en reproducir la realidad a través de la imagen más no llega a expresar la realidad como tal, es un simple imitador. El rechazo que se hace a los poetas en este apartado se desprende de que exponen a los dioses como autores de las cosas buenas y malas, pues todo lo contrario, el diálogo presenta que  la divinidad no es autora de todas las cosas, sino únicamente de las buenas. Por tanto, en la medida en que algún maestro pretenda forjar la educación de los jóvenes mediante una representación de tal índole, se expresa que debería ser promulgada una ley que impida este hecho, ya que tal modo impide el acercamiento de los guardianes a la piedad divina.
En el libro III se evidencia que tal rechazo a los poetas desde el punto de vista del uso de las obras de los mismos para la educación de los jóvenes se debe a que por ejemplo los poemas que hacen alusión al hades, lo que transmiten es un sentimiento de pérdida de valentía, infunden el temor, el cual no debe yacer en absoluto en los guardianes.
La labor del poeta es catalogada en este apartado como imitativa ya que en vez de usar el recurso de la narración utiliza -como se expresa Homero en la Ilíada, la Odisea- el de la adecuación del personaje a su persona, esto no es otra cosa que imitación. Debido que el autor intenta exponer a los personajes como los dadores del discurso más no los expone en tercera persona, a modo de narración. De modo que el poeta muestra una actitud de ocultamiento entre líneas al no hacer uso de la narración simple sino imitativa. Desde la perspectiva del poeta en su recurso imitativo, según expresa el diálogo, pretende abarcar la imitación múltiple en cuanto a géneros, de modo que según la conversación sostenida por Sócrates esto conlleva a que no lleve a cabo virtuosamente su labor, ello soportado en la premisa que argumenta que la pretensión de elevar al punto de vista imitativo los diversos géneros como la comedia, la tragedia, transitan a una ardua labor y dificultosa calidad, debido que según ellos es insostenible que un poeta logre acaparar el virtuosismo en múltiples áreas, debido que nadie es capaz de imitar bien muchos caracteres distintos y mucho menos si se trata de reproducir algo que se ha reflejado en la realidad.
El único propósito al que dan valor a la imitación en este apartado es desde el punto de vista educativo de los jóvenes con valores como la sensatez, la valentía, la piedad. Debido que en la medida en que imiten cosas buenas forjarán así su personalidad y la objetividad de una nación. De modo que no respecta en este caso forjar en su educación a través de la revelación de los poetas aquellas anécdotas históricas que representan situaciones de antivalor.
Sin embargo desde el punto de vista del poeta y el valor que tiene como tal, se expresa en el diálogo un sentimiento de rechazo en su cualidad de imitador, debido que es imposible que una persona se dedique a distintas labores como por ejemplo ser un militar y un artesano a la vez, de modo que carece de valor y causa repudio que sea elogiado y alabado cuando realmente no expresa ninguna de las dos labores desde el punto de vista real sino es una simple imitación, una simple reproducción falsa de la realidad.
Desde el punto de vista musical, objetan la eliminación del uso de algunas armonías, ritmos y letras que evocan a sentimientos negativos (antivalores) como lamentos, desdichas y aprueban el uso de armonías que intentan imitar sentimientos de felicidad, valor y prudencia. Y así mismo la prohibición de ciertos instrumentos como la flauta.
Se trata pues de impedir a los artistas -incluyendo los poetas- que copien o imiten situaciones de maldad, destemplanza, fealdad, para que los guardianes no crezcan rodeados de vicios. El valor de los artistas está en aquellos que transmiten cosas buenas, todos lo bello y lleno de gracia, valentía, generosidad, así los jóvenes se empaparían de ello y vivirían actuando conforme a ese ideal de belleza manifestado por los dioses y grandes héroes. Parece revelarse que el carácter de belleza está ligado a la idea del bien, debido que hacen alusión no sólo a la importancia de la preparación de los guardianes en cuanto a la poesía, la música, sino la gimnástica, debido que exponen que las artes por una parte brindan a la persona extrema sensibilidad, dulzura, al contrario de la gimnástica que sus principios parten de la rudeza, de la fuerza, una ferocidad innata que si deja desarrollarse por completo puede llegar a brindar una gran brutalidad y dureza. Por tanto, para no caer en extremos y educar a jóvenes de templanza valiosa, estos debían recibir ambas disciplinas: gimnástica y artística, para que gozaran de cualidades que estas brindan.
Después de haberle dado un valor a ciertos tipos de arte -los que parecían ser correctos en cuanto a las categorías de belleza y bondad que transmitían-, en el libro X, se expresa una negación total por la poesía imitativa, debido que si los guardianes no pueden distinguir la realidad de lo que expresan pueden causar grandes desgracias. Esta realidad se refiere a lo plasmado como idea que refleja un algo objetivo dado y aquella que refleja en apariencia. Por ejemplo no es lo mismo una cama diseñada por un artesano que una cama reflejada por un pintor, la cama del pintor es una cama en apariencia. De modo que la noción de mímesis o imitación resulta en este apartado como una categoría que remite a la distinción de la noción de verdad. De modo que las producciones artísticas desde el punto de vista del pintor y del poeta, entre otros, en su carácter imitativo no son más que meros fenómenos, fantasmas. Pues según Glaucón y Sócrates el que hace una apariencia no entiende nada del ser en sí ni por esencia ni realidad. Por tanto al no conocer las cosas en sí, es capaz de transmitirlas en su arte como algo hermoso y bueno, que al fin y al cabo pueda no serlo. De forma que todo arte mimético realiza su labor a gran distancia de lo verdadero y así se liga a lo humano distanciada también de la razón, atrapando las pasiones del alma, puede sumergirlas en el engaño y desconocimiento.
Ello conlleva a relacionar este apartado con la teoría de las ideas que se expresa en el mito de la caverna citado en esta obra la cual expone la situación de unos esclavos que están encadenados en una cueva de la cual nunca han salido y la única verdad que conocen son las sombras de unas personas que pasan a sus espaldas con objetos que se reflejan en un muro, siendo lo único que pueden ver. Estos esclavos yacen en una verdad en apariencia porque esas sombras no expresan la verdad sino un símil de lo que son que puede dar lugar a mal entendidos de modo que si uno de ellos lograsen salir de la cueva y ver la realidad que está fuera de sí no se valdrían de las apariencias sino tendrían como objeto de conocimiento a la razón.


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